La casa se implanta en un terreno de 2,000m2 en una parcelación campestre en Cieneguilla. En este lugar, los terrenos se dividen entre sí solamente con cercos vivos, sin permitirse el uso de muros opacos medianeros, ni frontales. Esto genera una continuidad natural de árboles y vegetación que se extiende hasta el río más abajo.

La idea del proyecto nace de este paisaje natural continuo, haciendo que la arquitectura de la casa se articule y relacione de distintas maneras con él. Así, los jardines y los árboles, como elementos cercanos, definen la distribución en planta; y el cerro, lejano pero presente, define la sección.

Se plantea una casa que está completamente rodeada de vegetación generando paisajes naturales distintos en cada uno de sus lados: el patio, el jardín vertical, el bosque y el campo.